Efermeride prioratina: 125 años de la llegada de la filoxera

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01/23/2018

Quizás la efeméride pasará bastante desapercibida, pero este 2018 se cumplen 125 años justos des de que la filoxera llegó a la comarca del Priorat. Fue en 1893, en el mes de junio, en una partida de tierra de Porrera, y en pocos años arruinó las prestigiosas viñas del Priorat y su cosecha. La abrupta orografía de la comarca -entre otros factores de tipo socioeconómico- no hacía fácil la reconversión del viñedo en otros cultivos. El Priorat, desorientado, inició entonces una decadencia económica imparable, con pérdidas de población casi constantes, que se prolongará hasta finales del siglo XX.

Unos pocos datos estadísticos lo dicen todo sobre el cataclismo que representó para la comarca la llegada de este insecto (que en griego significa "seca hojas"). Si el Priorat tenía antes del 1893, 27.958 habitantes, hoy en día no pasa de 10.000 a pesar del elevado número de bodegas y la reanudación exitosa de la actividad vitivinícola. El éxodo del siglo XX fue imparable a partir de 1893.

La prensa de la época se hizo eco, con tonos trágicos, de la desgracia prioratina. 'La Voz de Cataluña' sentenciaba el 1901: "La invasión de los viñedos por la filoxera es completa, de tal manera que la cosecha del vino, casi única en la comarca, ha desaparecido por varios años". Y en 1934, una revista que se hacía llamar 'Esplai' constataba lo siguiente: "Fue entonces que se inició el éxodo hacia ciudad de aquellos pueblos que, de ricos y risueños, se convirtieron en tristes y agotados hasta el punto que en algunos casi han quedado más casas que personas".

De la tragedia del Priorat no habló sólo la prensa, sino que también se convirtió en materia literaria. El poeta de Falset Salvador Estrem y Fa (1893-1936) sintetizó el cataclismo vitivinícola en dos versos: "Cada viña tiene pegada / la miseria a los sarmientos".

Así que 125 años después de aquel descenso a los infiernos, nosotros queremos celebrar que la comarca del Priorat ha renacido, que vuelve a tener fuerza y ​​vigor (como la viña vieja) y lo hacemos con un brindis múltiple de buenos vinos de la DOCa Priorat y la DO Montsant.