¡Qué vendimia más sufrida!

Temática: 
10/23/2014

Cualquiera que esta campaña de vendimia se haya acercado a una zona vitivinícola sabe que, este año, los agricultores y los vinateros echan humo. En la comarca del Priorat, las lluvias intensas del mes de septiembre, combinadas con el calor, han convertido esta vendimia en una de las más complicadas que se recuerdan, con algunas bodegas vendimiando a toda máquina antes de que sea demasiado tarde.

Y la pregunta es: ¿pero aún hay que vendimia en la comarca del Priorat? Pues, efectivamente, la comarca del Priorat (y sus dos denominaciones de origen: Priorat y Montsant) son tan diversas y con tantos microclimas y terruños diferentes, que hay agricultores que comienzan la vendimia en agosto y terminan en noviembre.

Este año, sin embargo, dadas las dificultades de la campaña, todo el mundo está corriendo un poco más de la cuenta -no sea que la uva se pierda-, y la gran mayoría ya ha terminado la cosecha, o casi. Llegados a este punto, hay gente que, a menudo, en la tienda, nos pregunta cómo es posible que en un territorio tan pequeño como el Priorat (donde las dos DO no suman 4.000 hectáreas de viñedo), la vendimia pueda durar alrededor de tres meses…

La respuesta que les damos intenta aclararles lo siguiente: Por un lado, el tempo de la vendimia y su momento de inicio lo marcan los factores que llamaríamos ambientales, y que tienen que ver con las viñas y su ubicación. Hablamos de variedades de uva, si son tempranas o tardías; de donde están situadas, en el norte o el sur, en zonas más solanas o más umbrías; a qué altura están, etc.

Por otro lado, está el factor humano, la mano del hombre. Y es que el momento óptimo de recolección del fruto no es único ni inamovible, sino que varía en función de qué vino tienen en mente elaborar la bodega y el enólogo. Según idea, te interesa recoger la uva antes o después, en unas condiciones o en otras.

Dicho esto, antes de empezar, la campaña de vendimia de 2014 se planteaba en un clima de normalidad absoluta, e incluso invitaba al optimismo. Las previsiones auguraban una añada para recordar: un verano poco caluroso, en cierto modo atípico, había permitido una maduración pausada del fruto, y ya se hablaba de vinos elegantes, aromáticos, equilibrados…

La cuestión es que tan “atípico” (en positivo) fue el clima durante la época de maduración como “atípico” (en sentido negativo) lo ha sido durante la época de recolección. Lluvias abundantes, nieblas matinales y humedad han complicado la campaña a los viticultores y enólogos. Y ya hay quien vaticina que este 2014, a la fuerza, no puede ser un año de vinos excepcionales.

Es en este punto, pero, cuando toca romper una lanza en favor de viticultores y enólogos, que han sabido tener mano izquierda para adaptarse a la situación. La campaña se ha acelerado, y también se ha hecho una meticulosa selección de uva durante la vendimia, tanto en el campo como en la bodega. La máxima de que para hacer un buen vino se precisa una buena uva explica el esfuerzo extraordinario que ha exigido esta campaña de vendimia. Y nosotros, que conocemos y confiamos en la gente que trabaja en el campo y en las bodegas de Priorat y Montsant, seguimos esperando grandes vinos.